Ayer jueves me pasé por La Casa de la Modista, en Vitoria. Quería unos botones para renovar un abrigo, y tenía el recuerdo ,de cuando me llevaba mi madre de pequeña, de toooda una pared entera llena de tubos de botones. Cuál fue mi sorpresa cuando ví que también trabajaban con patchwork y que tenían un montón de telas preciosas.
Ni corta ni perezosa me volví a casa con mis botones y unas pocas telas. Tenía en mente desde hace tiempo hacer algo con yo-yos, y con esto no me refiero al juguete que hemos visto toda la vida, sino a yo-yos de tela.
Ésto es una muestra de lo que dan de sí la imaginación y las telas cuando se unen.
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