He sobrevivido a otra época de exámenes. El día de mi último examen me pase por Tximeletak, en Donosti, y me concedí el capricho de comprar unos papeles de scrap. Me gustaron tanto que pensé que no los podía gastar sólo en postales y marcapáginas. ¿Por qué dejarlos olvidados entre las páginas de un libro o acompañando fotos que sólo se ven de vez en cuando?
Mejor lucirlos, ¿no creéis?
No hay comentarios:
Publicar un comentario