martes, 13 de abril de 2010

En periodo de tensión creativa

 
Llevaba ya unos días sin actualizar mi rincón. Ni he escrito ni he acabado los encargos, pero mi deber como estudiante me lo impide. Cualquier estudiante de arquitectura sabe lo que es una semana intensiva de proyectos, después de unas horas delante del autocad, cada vez que cierras los ojos tu mente se encarga de trazar líneas imaginarias. Y lo peor no es eso, sino el buscar un CONTROL+Z (retroceder) imaginario también para la vida real. ¡Cuanto daño hace estudiar!


Entre plano y plano también he entrenado algo. El domingo tocaron 105km matadores en bici. Cuestas, cuestas y más cuestas. Con tanto caballero gentil que sale en la Vitoriana, cuando en una de las cuestas de las Ventas de Armentia camino a Peñacerrada, a mi ama se le salió la cadena, no sé dónde se metieron, porque las únicas que se quedaron cuesta arriba fuimos ella y yo. Menos mal que mi ama es, como se suele decir, perro viejo. Llegamos al almuerzo solas y habiéndonos tragado todo el viento, pero contentas y habiendo disfrutado. Para que luego digan del género débil.

Y hoy a la mañana viajecito a Donosti, por una vez no para ir a clase, sino para sacarnos las fotos de la orla. Orla atípica hecha por estudiantes para estudiantes, nada de gorritos y túnicas, cada uno con la vestimenta que ha querido, con la Plaza de la Trinidad del fundador de nuestra escuela Peña Ganchegui como telón de fondo y la pose a libre albedrío. Emociona ver que después de tantos años por fin pareces divisar el final de la carrera, y con lo que nos ha costado ponernos de acuerdo a todos... la alegría es mayor. 

 La Plaza de la Trinidad en los años 60.

Volveré a aparecer por aquí después del día D (día de la entrega). Si alguien está en mi situación, ánimo, y si no es así, os recomiendo que disfruteis de la vida y de la luz del sol  ;-)
 

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